La clave está
en la prevención
La drogadicción es una enfermedad que se puede
evitar. Los resultados de las investigaciones auspiciadas por el NIDA han
demostrado que los programas de prevención
que involucran a la familia, la escuela, la comunidad y los medios de
comunicación son eficaces para reducir el abuso de drogas.
Hay muchos acontecimientos personales y factores culturales que afectan la
propensión de una persona a abusar las drogas, cuando los jóvenes perciben que
el consumo de drogas es perjudicial, se observa una disminución en la tendencia
a consumirlas. Por lo tanto, la educación y el
activismo comunitario son claves para ayudar a los jóvenes y al público en
general a comprender los riesgos del abuso de
drogas. Los maestros, padres, médicos y demás profesionales de la salud pública deben
continuar mandando el mensaje que la drogadicción se puede evitar si la persona
nunca consume drogas.
La Presión Social
El joven se halla en una búsqueda de nuevos
objetos para experimentar, y luchar contra su propia dependencia infantil de
las figuras paténtales. En consecuencia, pasa a depender en mayor grado de su
grupo social y se torna más influenciable en sus opiniones, costumbres y
hábitos por la presión que ejercen los medios modernos de
comunicación, que muchas veces presentan el consumo de drogas como privilegio
exclusivo, placentero y excitante.
De un modo más directo aun, la necesidad de
nuevas figuras de identificación alienta la incorporación de patrones de conducta pertenecientes
a otros jóvenes o adultos más o menos cercanos, que gocen de estima, prestigio
y reputación.
Otra perspectiva interesante de la situación
grupal de los adolescentes surge de aplicar las ideas de Meltzer sobre la
visión de la sociedad que tienen los adolescentes.
Este autor observó que los adolescentes
distinguen básicamente tres comunidades:
1) la de los
niños, débiles, dependientes y sometidos al arbitrio de los adultos;
2) la de los
adultos, los que ostentan el poder, el
conocimiento y el pleno derecho a la sexualidad .
3) la propia, la
de los adolescentes, que se sienten relegados pero poseedores de la fuerza, la justicia y la
esperanza.
¿Cómo
prevenir la drogadicción?
Para las personas que ya son adictas y que ya
han caído en el abuso de drogas, no es suficiente con simples tratamientos
médicos, dado que existen otros problemas del individuo que están detrás del
hecho de su drogadicción. Es necesario un tratamiento de rehabilitación que
haga que la persona redescubra su valor y su identidad más profunda.
Este tratamiento no será posible sin la participación del individuo, sin su
voluntad de cambiar. El apoyo de la familia y una adecuada asistencia
espiritual son también fundamentales para la rehabilitación
No se trata simplemente de prohibir la droga, ni
de controlar su distribución. Aunque estas cosas sean necesarias, el problema
de la drogadicción tiene sus raíces en la sociedad misma. Es por ello que es
necesario un compromiso de la sociedad en conjunto. Padres, maestros, medios de
comunicación, instituciones, etc., deben comprometerse a
construir una sociedad nueva, donde sean promovidos los valores auténticos,
especialmente los espirituales. De no hacerlo así, todas las estrategias de prevención
serán inútiles, pues el problema de fondo seguirá existiendo.
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